Hace ya algún tiempo que me he dado cuenta de que me dedico a tocar puertas de las grandes ciudades, si como tales podemos citar a Vitoria, Logroño, Bilbao, Burgos... Dejando a un lado aquellos adosados con los que comencé con esta peculiar aventura. Sí, me doy cuenta también de que me siento a gusto, sobre todo en los edificios altos. Aquellos en los que hay muchos timbres por tocar y las posibilidades de distribución de mis libros son mayores. Por supuesto las negativas, las malas caras, los signos de interrogación, frentes arrugadas y portazos en mis propias narices, son el pan de cada día. Pero mirándolo bien, desprendiendo aquel grano de aquella paja, puedo observar gratamente que siempre, y todos los días que salgo a distribuir el primero de los libros de la trilogía "Soy un gusano", encuentro a gente que sabe valorar el esfuerzo y me anima, de manera eficaz a seguir con mi propósito. Comprendo que los pasos son lentos, la promoción para aquellos que comienzan...