Al rato de estar hablando con Jesús después de abrirme la puerta de su casa, ha aparecido Begoña, su mujer, que tras escuchar mi relato desde algún lugar en el interior del piso, ha salido decidida a adquirir el ejemplar mil quinientos de "Soy un gusano".
La conversación se ha ido alargando y me han comentado que a su hija Sofía, le gusta mucho leer. Se trata de una futura artista puesto que está estudiando Bellas Artes.
El caso es que una vez, también me han dicho, leyeron la noticia del Diario La Rioja y han recordado que en su día, se cuestionaron el adquirir o no el libro si por casualidad yo tocaría su puerta en alguna ocasión.
Hoy ha sido ese día. Y no ha sido un día cualquiera. Se trataba, ni más ni menos que del ejemplar mil quinientos. Es por todo ello que yo iba cargado con todo el equipo habitual; mi carpeta negra con las copias de los reportajes de los periódicos, mi maleta al hombro repleta de ejemplares, mi bolígrafo de firmar y como en las dos anteriores ocasiones (500 ejem. y 1000 ejem.) con la cámara fotográfica.
Desde hacía ya tiempo tenía decidido el obsequiar al comprador del libro 1500 con los dos siguientes volúmenes de la trilogía. Esta mañana, el hacerlo me ha resultado muy sencillo.
Al comprender que se trataba de una pareja encantadora, no lo he dudado un instante.
Tras recibir los tres libros, ellos me han agradecido el obsequio y no han dudado en regalarme ni más ni menos que ¡¡cinco litros de aceite virgen extra!! puesto que poseían, según me han comentado, unos olivos en propiedad. Hoy, nada más llegar a casa, lo hemos probado con algo de pan y desde aquí quiero decir que este "oro líquido" de primerísima calidad, está exquisito.
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La Trilogía al completo para Jesús y Begoña.
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Una vez más, me siento enormemente satisfecho de haber podido charlar con gente que sabe apreciar el esfuerzo que supone esta peculiar promoción. Es gente como Jesús y Begoña, la que consiguen que en mi pantalla del presente, siempre queden grabadas estas dos palabras:
ES POSIBLE
Como bien sabéis, los portazos en las narices, los desprecios, las caras con sus ceños arrugados, los ambientes grises y desánimos generalizados con sus frases de "no me interesa", son habituales en mi día a día.
Es algo con lo que hay que lidiar, no sólo en esta peculiar experiencia, sino en el devenir de la vida.
Todos podemos, utilizando la metáfora del relato, relegar esas experiencias a la pantalla del pasado y triturarlas en nuestra propia máquina del olvido, para poder poner en la pantalla del presente, los mensajes que mejor nos convengan.
Volver a dar las gracias a Begoña, a Jesús, a Sofía (aunque no te conozca estoy seguro que sacarás, en alguna ocasión, tiempo para leer la Trilogía) por demostrarme, una vez más, que hay gente que no se conforma con ese mensaje que tenemos todos, (quiero incluirme) muy interiorizado: "Yo no abro la puerta a nadie, se oyen tantas cosas..."
Hoy vosotros me habéis abierto la puerta y con ello, lográis que continue con mi humilde propósito de llegar a cuantas más personas mejor.
Desde aquí os envío un afectuoso abrazo así como a todos los que un buen día decidistéis escuchar a un tipo que iba con un libro en la mano.
Una vez más, GRACIAS...
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