Sanda con "agua" y de obsequio "soy un gusano" |
Para nada se trataba del típico lunes.
Conseguí, tras aparcar y deambular un rato por las calles del municipio, acceder a un portal de un edificio alto. A pesar de lo emocionante de la situación, extrañaba a mi primera novela "Soy un gusano". No sé, tantas jornadas con ella, tantos meses, e incluso años... siempre mirando su peculiar portada granate con las características tres pantallas blancas bien delimitadas que nos hablan del tiempo. Miles de cerramientos de puertas, miles de negativas, miles de gestos despectivos... siempre nos incitábamos el uno al otro para proseguir con nuestro avance. Siempre buscando esos miles de "síes" que también han aparecido y aparecen de manera paulatina en nuestro callejear.
El caso es que esa mañana llamaba, tocaba timbres y pulsaba botones, pero nadie hacía caso a mi reclamo. Eran aproximadamente las once y en el edificio parecía no haber nadie. Se trataba, sin lugar a dudas; de un inmueble fantasma.
No obstante, yo continuaba con la búsqueda del primer lector de mi última novela. De pronto, tras la puerta, apareció un hombre de unos sesenta y tantos años. Me dijo que leía pero que no iba a coger ningún libro. Conseguí explicarme a medias, sin lograr captar el interés que necesito para que alguien adquiera el "singular" volumen. Siempre digo que, al ir de puerta en puerta, tengo un par de objetivos bien definidos: evidentemente, el primero es que mis obras se lean, pero también me interesa que la gente conozca mi proceder. Para ello dejo mi tarjeta.
Si en un principio creí haber logrado mi primer objetivo, éste se esfumó cuando el señor declaró, tras mirar la tarjeta que le había dado:
- Miraré el blog- sentenció al fin.
Bueno, al menos -me dije-, una persona más conoce mi proceder. No sé, quizás hable de mi llamada, o del libro, a alguien...
Fue entonces cuando me conformé con mi segundo objetivo. No tenía nada más que hacer. Bueno, sí; proseguir con mi tarea de buscador insaciable de lectores. No imagináis las crecientes ganas que tenía por conocerle.
Al rato, tras entrar en el segundo portal del edificio y tocar una de las puertas, me abrió la puerta Sanda.
Tras mi presentación como escritor que promociona sus obras, vi que, al menos, éste se mostraba algo más interesado. Cogió el ejemplar, lo ojeó mientras iba escuchando mi retahíla. Antes de decidir adquirirlo, se introdujo en el piso para preguntar a su pareja, Sonia, a ver qué le parecía todo esto...
En esos momentos, era ella la que pondría -o no- cara al primer lector de mi nueva obra.
Tras unos minutos que parecieron horas, Sanda adquirió el primer ejemplar de mi última novela, "agua".
Para mi sorpresa, Sanda me comentó que trabajaba como corresponsal en el Diario La Rioja de la comarca de Cervera, y que era partícipe en un suplemento semanal de Calahorra.
Además de todo ello, Sonia era la directora de la Biblioteca y de la Casa de Cultura de Rincón de Soto.
¡Menuda casualidad!
Ni de bromas me hubiera imaginado encontrarme con una situación similar.
El caso es que, tras adquirir el ejemplar y después de firmarlo, les comenté de seguido, que quería hacerme una foto con Sanda por haberse convertido en el primer lector de mi última novela. Para ello me propuse a sacar mi pequeña cámara digital. Cuál fue mi sorpresa cuando Sanda dijo que harían las fotos con su cámara fotográfica.
No me lo podía creer. No cabía en mí. En vez de recoger el evento con mi pequeña cámara, lo haríamos con el instrumental de un periodista profesional. ¿Qué más podía pedir? En esa ocasión fue Sonia la hacedora de las fotos.
Hablamos de hacer una presentación del libro para después de verano en Rincón de Soto.
Hablamos de literatura. Hablamos de mi trayectoria, de maneras posibles de promocíón, de lo difícil que está la situación...
Sonia y Sanda, sin duda, son dos personas de mentalidad abierta, que constituyen este nuevo capitulo en esta historia.
Desde aquí os envío un afectuoso saludo.
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Trilogía "Soy un gusano" en la Feria del libro de Burgos |
"agua" en la Feria del libro de Burgos |
Si queréis acercaros y charlar un rato..., allí os espero.
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