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Cartel promocional |
No se trataba de una negativa rotunda.
Almudena, tras haberle tocado el timbre y comprender que se trataba de un escritor que promocionaba sus obras de puerta en puerta, me habló, de seguido, de la asociación cultural Ebro-Ateneo. A su vez, me habló también de la posibilidad de hacer una presentación en la sede.
Por supuesto, yo acepté encantado (sé de antemano que todos los palos son pocos para alguien que quiere ser leído) y nos intercambiamos los números de teléfono.
Al de unas semanas recibí su llamada en la cual, tras haber charlado con más miembros de la dirección, me invitaban a realizar la presentación para el día 5 de septiembre allí, en Miranda de Ebro.
Vistas al Ebro desde el balcón de la asociación |
De esa manera, fue en el día de ayer cuando hablé, a los asistentes, sobre mis cuatro obras, sobre mi última novela "agua" y sobre mi manera de hacer llegar mis libros a los lectores. Me sentí realmente acogido. Hubo un gran ambiente que se desprendía de los socios miembros de la asociación y, tras mi exposición, nos deleitamos con un magnífico "lunch".
Ni que decir tiene que salí encantado por conocer a gente nueva y que más personas supieran de mi proceder.
Sin duda, todo un lujo. Lo considero, esta experiencia, como otra gran puerta abierta a la promoción.
Asimismo, me recuerdo también, durante el "piscolabis", hablando con gente que, en su día, me abrió las puertas de su casa tras haberles tocado el timbre y, en su momento, no me escucharon pero sí que accedieron a una de mis tarjetas. Ellos miraron el blog y me comentaron que sabían de antemano, que aquel que iba a presentar el libro "agua" iba por las puertas de diferentes ciudades preguntando por posibles lectores. Por un motivo o por otro, al final se acercaron a escucharme.
Momento de la presentación |
Sin duda, se trata de casualidades que consiguen que me sienta satisfecho de hacerlo de esta manera. Cierto que es duro, pero también muy satisfactorio.
Lo curioso de esta asociación es que, decidieron un día, sus miembros, adquirir un local en ruinas. Y, ellos mismos, son los que, con sus propias manos, lo han ido rehabilitando y en lo que hace casi un año, ya lo tienen condicionado casi al ciento por ciento. El local me resultó acogedor y digno de admiración. Viguerías de madera conforman la cubierta y paredes de mampostería y estructura de madera le dan un toque encantador a un edificio de la parte vieja de la localidad. Pero lo más importante y destacable era el buen rollo que rezumaban sus miembros.
Con los asistentes y miembros de la asociación |
Aquí quiero dar las gracias a Almudena, a Pepe y a todos los asistentes en el día de ayer así como a los miembros de la asociación cultural Ebro-Ateneo de Miranda de Ebro.
Se trata, sin duda, de un paso más en este largo caminar. No obstante, me alegro de que cada día que pasa me vaya encontrando con más personas y lugares que me ofrecen calurosa acogida y agradables avituallamientos.
Pisando cada día sobre un terreno más y más firme, seguiremos intentándolo;
" una vez y otra, una y otra vez..."
Gracias por vuestro apoyo, Ebro-Ateneo
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