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Foto que ilustra la entrevista |
Hace ya unas semanas recibí un mail de Ingrid González en el cual me proponía aparecer en la revista Qué leer.
Ella sabía de mi recorrido y quería hacerme una entrevista.
Yo, como podréis imaginar, acepté entusiasmado.
La historia de un tipo que un día decidió conocer a sus lectores de primera mano por diferentes ciudades alcanzaría a más personas y eso suponía un paso y de los grandes en esta trayectoria.
Sí, otro paso más.
Los "noes" vuelven a caer para caminar más liviano, respirar profundo, otear nuevos horizontes y buscar con una amplia sonrisa a más lectores-protagonistas de este periplo que comenzó hace ya cuatro años.
Supongo que cada día que pasa se hace más fácil llegar a la gente. Sobre todo porque algunos han oído hablar de ti. La experiencia me dice que aun encontrándome con innumerables (esto lo digo de manera literal) portazos en las narices, también me encuentro personas que valoran el esfuerzo.
Esta revista me lo demostró en el número anterior -septiembre 2015- cuando me felicitaban por mi labor. Todo un gesto que te lleva a creer que, a veces, por muy duras que sean las condiciones, andamos por el camino correcto.
Quiero recordar la felicitación:
"LA VOLUNTAD MUEVE MONTAÑAS
SERGIO H. LÓPEZ-PASTOR: Este escritor vizcaíno no se achantó frente a las dificultades. Se editó sus propios libros y se dedicó, incansable, a recorrer calles y edificios, llamando a todas las puertas y diciendo, a quién tenía la amabilidad de abrirle: Hola soy Sergio y soy escritor. Busco a gente que le guste leer.
Quizá alguien se sonría al leer esto, que parece un tanto cándido y voluntarista. Pero que no se lleve a engaño: López-Pastor ha logrado vender así más de 5000 ejemplares, uno a uno, de ese modo tan directo y personal. El éxito o el acierto llaman la atención, y López-Pastor ya tiene una editorial tradicional interesada en publicar su obra (shlopezpastor.blogspot.com.es)."
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Portada octubre 2015 |
Aquí os muestro la entrevista
de este mes de octubre de 2015.
Entrevista:
¿Cómo surge la idea de escribir una novela? ¿Había escrito
antes?
Desde siempre he tenido la idea de escribir un libro. De hecho ha habido constantemente algunos intentos pero, por falta de tiempo, además de otros pretextos, nunca lograba concluir ningún relato largo.
No obstante, por “desgracia”
o por “fortuna” me quedé sin trabajo al principio de la crisis. Entonces
utilicé el tiempo del desempleo para sumergirme definitivamente en esta
aventura.
Se propuso escribir una trilogía, un reto muy ambicioso. ¿Por
qué una trilogía y no una novela sin más?
Fue cuando me quedé
desempleado, cuando todas las puertas se me cerraron. Entonces, como decía, eso
resultó ser el resorte que me impulsó a escribir pero con mayúsculas. Quería
entrar en el mercado literario no solo con una novela sino con una trilogía.
Tenía muchas ganas de escribir. Por su parte siempre he pensado que cuanto más
grande es un objetivo, más intensas son las acciones que te llevan a
conseguirlo.
¿Cuánto tiempo le llevó escribir la primera novela? ¿Hizo un
guión previo o fue surgiendo a medida que escribía?
La idea de la primera novela
fue madurando en años pretéritos, escribirla aproximadamente un año. Así como
las demás poseen una estructura previa, con “Soy un gusano” las ideas fueron
surgiendo, quizá debido a que la trama ya tenía una base fundada en mi cabeza
desde hacía tiempo.
Cuéntanos en que se basó para escribir esa primera novela.
“Soy un gusano” es una
novela que tiene un mensaje: “Las ideas
que tú mismo te pongas en la cabeza son las que te van a llevar hacia una
determinada dirección o hacia otra”. Cuando me quedé desempleado quise
hacer realidad esa premisa y es hasta el día de hoy que la llevo conmigo. La
utilizo. Creo en ella más bien.
La realidad de Hugo (el
protagonista) es muy dura y traumática desde sus inicios, pero con la ayuda del
pequeño gusano y las pantallas del tiempo, logra tomar perspectiva de su
situación y enfocar sus pensamientos y acciones en lo que realmente merece la
pena: vivir.
Una vez escrita tu primera entrega, ¿llamó a la puerta de las
editoriales?
Hasta el 2010 que es cuando
publiqué “Soy un gusano”, nunca había tenido un contacto previo con el mundo
editorial; así pues, quise indagar en internet, conocer experiencias ajenas de
escritores noveles. Lo que encontré no me gustó en absoluto. El discurso era
abrumador, y yo no quería formar parte de él. Comprendí, a su vez, que también
existían muchas alternativas para editar y comencé con una editorial online. El resultado, por aquel
entonces, me pareció el adecuado.
Supongo que es como el dicho, “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”… Empieza a
ir casa por casa a ofrecer su novela. ¿Cómo llega a esa decisión?
En 2011 edité “Dos cabezas de
alfiler” y estaba inmerso en la creación de la tercera parte de la trilogía
“Consciencia”. Por su parte, ningún trabajo llegaba a cuajar. Además el
subsidio se acababa y yo tenía claro que además de escribir, quería que se leyeran
mis novelas. ¿Por qué no? Igual podía funcionar. Digamos que ir de puerta en
puerta buscando lectores es una huída sistemática de esa situación tan indigna
que supone quedarte sin empleo.
Comencé en su día, allá por
octubre de 2011 y hasta la fecha sigo escribiendo, aprendiendo, acumulando
experiencias, eliminando “noes”, convirtiéndolos en escalones y yendo a por
esos “síes” que resultan tan gratificantes.
¿Qué le dijeron sus familiares y amigos cuando les contó lo que
se proponía?
Un poco lo que ya me podía
suponer. Oía frases como: “Si fuera yo no te abriría”, “La gente ya no lee en
papel”, “me aparece un tipo con un libro bajo el brazo y yo no le atendería” y
cosas por el estilo. Sin embargo me considero una persona que prefiere decir
“he hecho” en vez de “voy a hacer”. Es decir, cuando lo comenté ya lo había
probado y… ¡funcionaba!
Cuando le abrían la puerta usted se presentaba diciendo: “Hola soy Sergio Hernández, estoy
presentando mi última novela y busco gente a la que le guste leer…”. ¿Cómo
reaccionaba la gente?
Imagínate. Hay de todo. Hay
gente que me deja acabar con la frase. Otros, quizá el 80% siendo optimistas,
son negativas y portazos en las narices, literalmente. Los utilizo, como decía,
como si fueran escalones que me llevan al siguiente “Sí”, que, por suerte,
también los hay.
Pero a pesar de todo, desde
los portazos en las narices, también me encuentro con personas que me escuchan
y adquieren una de mis tarjetas. Otros quieren el libro dedicado, los hay
quienes me invitan a ver sus bibliotecas, me invitan a café, e incluso a comer.
Experiencias hay muchas y mensajes de ánimo también.
¿Recuerda cuándo vendió su primer libro y a quién?
Por supuesto, sucedió en octubre
de 2011. Rivabellosa. Una pequeña localidad de Álava y cercana a Haro. En
aquella primera mañana de tocar porteros, los “noes” se acumulaban de forma
desesperante. Entonces tras la valla de un adosado, se encontraba un señor y yo
me presenté como escritor que promocionaba su primera novela.
— Yo no leo, pero mi mujer
sí que lo hace —me dijo— ¿Lo has escrito tú? ¿De qué trata?
Fue ahí cuando dediqué el
primero de mis libros a su mujer: Merche, recuerdo que se llamaba.
Noté cómo los “noes”
anteriores cayeron, el hielo se rompió y un rayo de luz penetró en aquel oscuro
habitáculo en el que me situó el mercado laboral.
Ha tenido que ser un esfuerzo titánico. Seguro que muchos días
no habrás vendido ningún ejemplar, pero ¿alguna vez pensó en tirar la toalla?
Ni una vez. Hay veces,
además, que pasa mucho tiempo sin conocer a un lector más, pero siempre me
digo: “Sergio, nunca nadie dijo que fuera fácil”.
Tengo que mencionar que,
afortunadamente, todos los días que salgo siempre encuentro a gente que valora
el esfuerzo. Es lo que te anima. A ello me aferro. El número de “lectores-protagonistas”
de esta historia aumenta y, aun teniendo cinco novelas escritas, también hay
más proyectos en los que estoy inmerso. Si antes tenía claro que quería
dedicarme a escribir, ahora estoy absolutamente convencido. Además, pocos
escritores pueden decir que conocen de primera mano a más del 90% de sus
lectores. Por el momento quiero que esto continúe así.
Tendrá mil anécdotas. Cuéntenos alguna curiosa.
Las hay muchas. Una vez me
mordió un pequeño perro tras tocar un timbre. Otra me salió un hombre con un
cuchillo en la mano y no; no estaba trinchando un pollo. También existen
trueques con escritores, he cambiado mis libros por tarros de miel, discos de
música, botellas de aceite… Una vez incluso una señora me obsequió con una
máquina antigua de escribir.
Todas estas anécdotas y muchas
más las recojo en mi blog.
¿No has pensado en escribir un libro recopilando las anécdotas
de esta aventura?
Sí, de hecho se trata de un
proyecto futuro que más pronto que tarde verá la luz.
¿Cuál es el secreto para conseguir vender 5.800 ejemplares
puerta a puerta (porque eso son muchas puertas a las que llamar)?
Yo suelo decir que cuando la
escalera está situada en la pared correcta, solo queda un camino: subir
peldaños.
Supongo que son fuertes
dosis de determinación y constancia. No es más que una lucha constante por
conseguir tu sueño. Si antes tenía respeto por ver lo que me encontraba tras
las puertas, a día de hoy es todo lo contrario.
Quiero verlo como si de una
maratón se tratara en la que apenas llevaré recorridos quinientos metros. De
hecho, actualmente tengo muchas ganas de continuar corriendo.
¿Cómo y cuándo consigue que una editorial se fije en ti?
Esto fue debido a una suerte
de casualidades. En una ocasión acudí a una presentación del libro de una
escritora en la ciudad de Logroño. Descubrí, tras ella, que Ana Isabel también
era editora junto con Juanma. Ellos se interesaron por mi proceder, leyeron mis
novelas y las publicaron. Ediciones Balnea es una pequeña editorial que apuesta
por los valores y, además de ayudarme con su sello, lo demuestran día a día con
su proceder.
En 2010 “Soy un gusano”,
2011 “Dos cabezas de alfiler”, 2012 “Consciencia”, 2014 “Agua”, y ahora recién salida del horno "La Rioja y sus pueblos entre cuentos". En poco tiempo ya tiene cinco libros a sus espaldas. ¿Qué es lo más duro o lo que más le ha costado como escritor?
La experiencia te dice que, a pesar de lo costoso de concluir un relato largo, lo más difícil, sin duda y si no eres conocido, es llegar al lector.
Existen unos 80.000 libros que se editan al año en España y el 35% de los españoles no leen nunca. El panorama es desolador además de paradójico pero, en mi opinión, por muy feas que estén las cosas, al que le gusta escribir, lo hará siempre independientemente de las condiciones externas.
¿Seguirá visitando a domicilio a tus lectores con tus próximas
novelas o eso es ya el pasado?
Siempre intento utilizar
todas las alternativas que dispongo. Uso internet, dejo al menos en todas las
ciudades por las que me muevo libros en depósito. Hago charlas, presentaciones,
pero, curiosamente veo que, a día de hoy, lo que más me funciona es el puerta a
puerta. No sé, supongo que eliminas esa barrera que siempre existe entre lector
y escritor.
En la actualidad me sigo
presentando con mi cuarta novela “agua”; y por el momento no sé hasta qué punto
puede llegar un tipo con un libro bajo el brazo, pero cada día que pasa estoy
más dispuesto a averiguarlo.
Si le ofreciesen un buen trabajo, pero muy absorbente, ¿dejaría
de escribir?
Después de esta trayectoria,
lo más seguro es que no. Estoy enfocado en pulir narrativa. En escribir más
libros, en leer, aprender, seguir leyendo, continuar escribiendo, mejorar y,
por supuesto, conocer a más lectores que sepan valorar este esfuerzo.
¿Qué consejo les daría a los que quieren emprender una vida en
el mundo literario?
Adelante. Todos sabemos que
si no eres conocido en este mundo, las cosas son mucho más difíciles. No
obstante, si realmente quieres hacerte un hueco, no queda otra más que escribir
y disfrutar de ello. Escribe lo que a ti te gustaría leer. Si consigues que te
lean, conseguirás saber qué cosas se deben mejorar. Se trata de un continuo
aprendizaje, que sin duda, si realmente estás dispuesto, puede durar toda una
vida.
Al final, supongo que el
secreto no es más que marcarse objetivos, dividirlos en pequeñas partes e ir a
por ellos.
Cada día con más ganas de conocer a esos ciento sesenta y tres lectores-protagonistas que me llevarán a hablar con el número 6000 de esta historia.
Gracias Ingrid por tu tiempo, interés y gran apoyo.
"La vida no debe ser una novela que se nos impone,
sino una novela que inventamos"
Friedrich von Hardenberg
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