Caricatura: Escritor Errante y perseverante |
En una ocasión, una tarde de un viernes de hace ya algunas semanas, me encontraba en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, llamando a los botones de un portero, en el portal al que me disponía entrar, para continuar mi búsqueda de lectores de mi última publicación "¿Y por qué no?".
Aún recuerdo que costaba que alguien tuviera la amabilidad de abrirme, cuando, por la calle, me fijé de manera distraída en un señor mayor, trajeado, canoso con bigote y cejas pobladas. Él me miró, torció el gesto de una forma que me pareció entrañable y continuó con su caminar.
Pulsé otro botón.
-Sí ¿Quién es? -mis oídos escucharon la voz de una mujer.
-Buenas tardes, me abre ¿por favor?
-Sí, pero ¿Quién es?
-Mira, que soy Sergio, un escritor que está ...
La mujer cuelga.
Cuando me disponía a pulsar otro botón vecino, eché la vista a la calle y observé que el señor del traje se había parado. Es más, se dirigía a mí mientras iba aproximándose.
- Discúlpame -me dijo con amabilidad- eres tú Sergio, ¿el escritor que distribuye sus libros por las casas?
- Así es -afirmé.
Reportaje de Mª Ángeles |
El hombre, con movimientos pausados, me ofreció su mano, se la estreché y me comentó que se estaba leyendo mi libro. Pero ahí no acababa la cosa. Antonio, que es así como se llama, me explicó que en el mes de octubre había realizado una exposición de caricaturas en la localidad. También que era caricaturista y que estaba trabajando en un dibujo mío.
Seguidamente, Antonio me confirmó que era el padre de Mª Ángeles, la redactora de El Correo, la cual me había hecho un reportaje hacía pocos días. A ella le obsequié con un ejemplar y era por eso por lo que estaba leyendo mi libro y de ahí la iniciativa de retratarme.
Tras la inesperada charla, nos despedimos con un nuevo apretón de manos y yo, emocionado por el poco común encuentro, toqué un nuevo timbre.
Alguien abrió y pude entrar en el portal.
Al de unos días recibí una llamada de Mª Ángeles. Ella me dijo, tras una afectuosa charla en la que me explicaba los pormenores de la decisión de su progenitor, que Antonio ya había realizado la caricatura y nos citamos el hombre yo en una cafetería, el jueves siguiente a eso de media mañana.
El hombre, que luego descubrí que tenía 85 años de edad, se presentó trajeado, con una enorme carpeta bajo su brazo, puntual como un reloj y, fue así como comenzó una entrañable charla amenizada con café. Hablamos de su anterior exposición, del arte, de la vida, de cómo está la sociedad..., en fin.
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Antonio, autor de la caricatura |
Pero el momento cumbre llegó y Antonio, siempre con movimientos estudiados, me mostró su obra, la caricatura que me había hecho y que ilustra esta entrada.
Que yo recuerde, en mi vida me habían hecho una caricatura de tales dimensiones. Es más, nadie se había interesado por hacérmela y me sentí completamente halagado por aquel presente.
Tengo que decir que me encantó la predisposición, el detalle, el dibujo y que, de esto no me cabe ninguna duda, introduciré esta nueva experiencia en una nueva edición actualizada de mi última publicación "¿Y Por qué no?". La caricatura tomará verdadera relevancia en esta historia.
¡Qué menos!
En palabras de Antonio:
"La caricatura es una opinión. Observo, pienso, y después dibujo"
No todos los días se encuentra uno con sorpresas tan afables como la contada. ¡Gracias Antonio!
Un fuerte abrazo
"Un hombre soporta el dolor como un castigo no merecido;
una mujer lo asume como su patrimonio natural.
A las mujeres que pretenden ser iguales a los hombres
les falta ambición"
Timothy Leary
Próximo evento: 
Ciudad de Logroño
Jueves 24 de noviembre
Biblioteca San José
18:30h
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