Con Toni y sus seis ejemplares dedicados A veces ocurre que, ante lo dificultoso de hacerse un hueco en este mundillo de la literatura, los ánimos tienden a ir desvaneciéndose debido a todo eso de hallar una negativa tras otra. Día sí y día también. Un nuevo "no", sumado a otro y a otro "no" que se añade inevitablemente a una creciente colección de desplantes, aspavientos varios y numerosas muestras de desaprobación. Pero, a pesar de toda esa pesadumbre, una vez más, volvió a ocurrir. Un nuevo mail dio a parar a mi bandeja hace ya unos días, y todo lo anterior cayó para relegarse y conformarse como otro nuevo tramo de escaleras a las que me subí entusiasmado, a la vez que leía las palabras que, mediante unas escuetas líneas, Toni me enviaba con el fin de infundirme unos renovados ánimos para continuar con mi trayectoria. Aquel mail decía lo siguiente: "¡Hola! Esta tarde llamaste a mi puerta en Logroño, con tu libro ...