Con Nuria, la lectora protagonista número 10.000 |
¿En qué aldea, pueblo, municipio o ciudad conoceré al lector/a protagonista número diez mil?
Esta pregunta llevaba tiempo rondando por mi cabeza, a la vez que mi trayectoria como escritor errante me obligaba a recibir portazo tras portazo, negativa tras negativa y, por supuesto, a conocer más personas de mentalidad abierta de las cuales muchas eran ávidos lectores. Lectores protagonistas que van dando forma a esta increíble historia.
Nueve mil novecientos ochenta, ochenta y uno... Nueve mil novecientos noventa, noventa y uno, noventa y dos...
La tercera edición de mi sexta publicación "¿Y por qué no?", iba pasando de mano en mano y el número 10.000 se aproximaba con sus consabidas dificultades, con sus obstáculos y su pesada lentitud.
Pero poco importaba eso porque el miércoles 16 de mayo, tras levantarme, lo tuve claro desde un primer momento. <<Hoy no cogeré el coche. Hoy no me alejaré de Haro como siempre acostumbro a hacer>>. En esta ocasión hablaría con mis convecinos. ¿Y por qué no? Ese día era significativo. Era simplemente especial.
![]() |
"¿Y por qué no?" |
Así pues, tras salir del portal de mi casa, deambulé con algunos ejemplares en mi zurrón por las calles de la ciudad jarrera y, digámoslo así, me dejé llevar por la corriente de un nuevo optimismo que me indicaba los pasos que debía dar, el edificio que debería elegir y los timbres que fui pulsando...
Muchas puertas cerradas, negativa tras negativa, algunas tarjetas que se entregan tras presentarme como vecino escritor que busca lectores. Caras arrugadas, miradas despectivas. No, no, no...
Ahí no se encontraba el lector protagonista número 10.000. No.
Nueve mil novecientos noventa y ocho.
Una mujer me invita a entrar en su casa.
Sonríe, entramos al salón. Nos sentamos. Le cuento, me cuenta. Reímos. Una generosa charla. De las que cuestan encontrar. De esas que no siguen la norma. La mujer, que se acerca a la ochentena, no se deja ya influir por las burbujas de la absurdez. ¡En los tiempos que corren ha dejado entrar en su casa a un auténtico desconocido! Luego de la entrañable charla, y con las pilas cargadas, nos despedimos con un par de besos.
Nueve mil novecientos noventa y nueve.
No. Tú no.
No quieres saber nada de esta historia. No...
Un nuevo timbrazo se añade a los anteriores.
Esta vez la puerta se abre y tras ella aparece una mujer. Me presento. Sonríe intrigada.
-¿Y lo has escrito tú? -Paula lee pero está enfocada en un determinado género. Pero ahí no queda la cosa. Su hija adolescente, me cuenta, desde pequeña quiso ser escritora. Me alegra escucharlo, por lo poco frecuente. La charla se alarga mientras me enseña con gran orgullo, trabajos de Nuria. Gran lectora y futura escritora jarrera. Ella lo tiene claro. Paula se decide al fin; quiere "¿Y por qué no?".
Sonrío. Lectora y con una hija adolescente que escribe.
¿Podía haber encontrado mejor lectora protagonista número diez mil?
-Hay una cosa más, por tratarse de un número tan especial, ¿te atreverías a hacerte una foto para dar luz a este momento?
-No, eso no. Eso de salir en las fotos no va conmigo. Si quieres te sacas con Nuria cuando llegue.
Y el caso es que la casualidad hace que Nuria llegue. Repetimos el relato una vez más. Pero no importa. La sorprendida chica, fascinada desde siempre con la literatura, atiende con entusiasmo.
-Te voy a copiar la idea-, oigo decir entre risas. Nuria accede a sacarse la foto con este "tipo loco" que decidió un buen día hablar con sus lectores.
Como obsequio dos libros: "La Rioja y sus pueblos entre cuentos. Volumen 1 y volumen 2".
Salgo del portal, piso la calle de la Capital del Rioja con una amplia sonrisa. Y es ahora cuando mi calzado no presiona las baldosas de las aceras, en su caso, voy subiendo peldaños.
Mil lectores, dos mil, tres mil, cuatro mil, sigo subiendo, siete mil, ocho mil, nueve mil. Y finalmente llego a casa. Un último escalón. Desde él, oteo amplios horizontes. Allí descubro nuevos lectores..., más proyectos en la recámara...
Gracias Paula, gracias Nuria por sorprenderme.
Por..., a tu temprana edad, querer romper la norma.
Gracias una vez más por que sé, algo me lo dice bien fuerte, qué un día me dedicarás uno de tus libros.
"A veces, la gente que te rodea no va a entender tu camino.
No lo necesitan, no es para ellos"
J. Botha
6202700
Comentarios
Publicar un comentario