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"Dando testimonio -Ocho semanas en Palestina- de Ana Barahona |
Esto que viene a continuación sucedió en la localidad burgalesa de Briviesca.
Tal y como ya muchos sabéis, en este verano que pronto concluirá, tanto la ilustradora como yo, hemos conocido a muchos más lectores en localidades de toda La Rioja al movernos y promocionar nuestros libros infantiles y solidarios a lo largo de toda la comunidad. Y es siempre agradable, con estos predominantes calores, poder dar a conocer tus obras ante la gente de esta manera tan directa.
Tal y como ya muchos sabéis, en este verano que pronto concluirá, tanto la ilustradora como yo, hemos conocido a muchos más lectores en localidades de toda La Rioja al movernos y promocionar nuestros libros infantiles y solidarios a lo largo de toda la comunidad. Y es siempre agradable, con estos predominantes calores, poder dar a conocer tus obras ante la gente de esta manera tan directa.
Pero, tal y como decía, ocurrió uno de esos días en los que la temperatura quiso descender unos grados, cuando decidí acercarme hasta Briviesca para seguir conociendo lectores, también de forma directa. Por que allí, también los hay y muchos. La experiencia así me lo viene diciendo.
El caso es que recuerdo que serían las últimas horas de aquella tarde de principios de verano cuando tras llamar a una nueva puerta, ésta se abrió y apareció Ana tras ella. Resulta que Ana, según me hizo saber aquel día, también tenía escrito un libro.
Es el que ilustra esta entrada:
"Dando testimonio -Ocho semanas en Palestina"
Ana quedó un tanto sorprendida al encontrarse con un escritor tras atender a la puerta.
Con "¿Y por qué no?" entre sus manos me propuso hacer un cambio de libros.
Con "¿Y por qué no?" entre sus manos me propuso hacer un cambio de libros.
Ante tal reacción, y esa completa disposición, a mí se me formó una sonrisa en el rostro y fue entonces cuando nos dispusimos a firmar los ejemplares.
Tengo que decir que, durante el verano y entre otras tantas lecturas, he leído con gran interés el libro de Ana, en el cual cuenta su experiencia durante el tiempo que estuvo en Palestina.
En él explica de una manera muy cercana, dura y fidedigna, la grave situación existente en esa región, cuna de tres consabidas religiones. De todos es conocida que la mala relación entre el estado de Israel y el estado Palestino viene de tiempos remotos y muy lejos está de poder solucionarse. No obstante, son personas como Ana (internacionales, tal y como les llaman en la zona), las que, lejos de buscar la comodidad que nos ofrece nuestro mundo desarrollado, se remangan para arrimar el hombro y ayudar a los más desfavorecidos.
En él explica de una manera muy cercana, dura y fidedigna, la grave situación existente en esa región, cuna de tres consabidas religiones. De todos es conocida que la mala relación entre el estado de Israel y el estado Palestino viene de tiempos remotos y muy lejos está de poder solucionarse. No obstante, son personas como Ana (internacionales, tal y como les llaman en la zona), las que, lejos de buscar la comodidad que nos ofrece nuestro mundo desarrollado, se remangan para arrimar el hombro y ayudar a los más desfavorecidos.
Muchos dirán que es un esfuerzo poco efectivo, pero son personas como Ana las que ofrecen, de manera desinteresada, un buen ejemplo. Un ejemplo que no se debería desdeñar.
Como ya he comentado en muchas ocasiones y debido a mi proceder, hay veces que me encuentro con gente que, en mí día a día, me recibe con la siguiente pregunta:
-¿Qué duro esto de promocionarte así, verdad?
Y ahí deviene la magia de la lectura. Tras conocer, de esta forma, aquella realidad, puedo decir alto y claro:
Rotundamente no. No es duro ni mucho menos. Lo duro son las infinitas realidades que se hayan bien fuera de nuestras burbujas creadas en nuestro llamado "mundo desarrollado".
¿Cómo va a ser duro dar a conocer tus obras? ¿Es acaso duro poder perseguir tus sueños? ¿En qué cabeza cabe tal cosa?
Llevo ya siete años haciéndolo por diferentes ciudades, aldeas, pueblos y municipios; son ocho títulos a mi espalda y dos originales por ver la luz. Hoy me vanaglorio, tras haber distribuido más de diez mil quinientos libros, por recibir muchos comentarios de ánimo y por encontrarme con gente que se interesa por mi proceder. Además, todo hay que decirlo y esto por ser relevante, es un honor encontrarte, a veces, con personas como Ana que, con su buena deferencia, te hacen ver la realidad de otro color. Porque quizá sea duro, sí. O quizá no lo sea tanto. Todo depende de tu disposición, de tus ganas, de tus motivaciones...
El mundo está ahí y nosotros, todos sin excepción, tenemos la posibilidad de vivirlo. Podemos quedarnos sentados o remangarnos y actuar. Todo siempre está en nuestra mano. No hay excusas.
En esta trayectoria que he elegido aparecerán más "noes", lo sé. Pero también "síes" y nuevas charlas, y nuevas experiencias, y nuevas realidades...
Gracias Ana por aparecer y atenderme aquel día. Por el trueque, por tu disposición y por servir de ejemplo. Todo un honor.
"El mundo cambia con tu ejemplo,
no con tu opinión"
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