Con José Antonio, lector-protagonista número 11.000 |
Y no es casualidad que me haya acercado hasta la localidad vizcaína de Algorta para conocer al lector protagonista número 11.000.
Tal y como hice saber a José Antonio, cuando abrió la puerta de su casa y se sorprendió al ver que un escritor promocionaba sus obras de esa peculiar manera, mi próxima publicación tendrá como protagonista a una vecina de esa localidad.
Una vecina ficticia, es cierto. Pero su consabida historia proviene de este discurso social tan neurótico y gris que tanto y con tanto énfasis nos empeñamos en crear.
Hace ya unos meses, inmerso en este periplo de dar a conocer mis obras por diferentes comunidades, provincias y ciudades, me encontraba viajando en el metro de Bilbao, sentado en uno de sus vagones y mirando distraídamente por la ventana. Los derroteros que brotan de este deambular hicieron que mi destino, aquella vez, fuera Algorta, localidad situada sobre los arenales de Ereaga y Arrigunaga. Ocurrió que, cuando el alargado vehículo se detuvo, pude observar uno de los mensajes de uno de los numerosos andenes que estructuran la línea 1. Luego imaginé una escena. Observé entonces a los pasajeros y, a partir de ese día, esas ideas que germinaron y fueron tomando fuerza, fueron trasladándose hasta mis dedos para dar lugar a esta nueva obra que se ha colado entre los inéditos que tengo en mi haber.
Y lo estará gracias sobre todo a los varios miles de apoyos recibidos en todo este tiempo de deambular de aquí para allá, con el fin de dar a conocer mis obras a los lectores.
Aquella tarde de un buen día de la semana anterior, tal y como decía, José Antonio, tras mi llamada, me comentó que sí que leía. De seguido escuchó con atención mi relato e incluso llamó a Cruz, su pareja, para que también supiera de mi proceder.
-Pero hay una condición -expuse al saber que José Antonio se interesó por ¿Y por qué no? -Como es un número especial, quiero que sepáis que siempre me suelo hacer una foto con el lector. En este caso con el lector número 11.000. Un poco para documentar y dar base a esta historia.

Cruz y José Antonio, como no podía ser de otra manera, se llevaron de obsequio el libro infantil y solidario "Bizkaia y sus pueblos entre cuentos/ Bizkaia eta bere herriak ipuin artean".
¡Qué menos!
Y ese día de primeros de año, una amplia sonrisa comenzó a caracterizar mi semblante a la vez que iba llamando a las puertas colindantes, a los pisos inferiores y a los portales vecinos. Porque ahora no importaban tanto esos "noes" que se iban presentando. Estos volvían a caer. Lo hacían por defecto hasta ir a parar a ese mar creado por ingentes cantidades de negativas. Sobre él seguía navegando yo. Con esa nueva sonrisa. Porque todavía no se avistaba. Pero en mi mente una luz brillaba con soberana fuerza:
"Ahí está, Sergio. Ya lo veo. Se encuentra cerca. Muy cerca. Ya atisbo tierra firme". Decía.
Gracias Cruz, gracias José Antonio, porque vuestra disposición y abierta mentalidad os han llevado a formar parte de esta historia.
"Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas
que ya tienen la forma de nuestro cuerpo
y olvidar los caminos que nos llevan siempre hacia los mismos lugares.
que ya tienen la forma de nuestro cuerpo
y olvidar los caminos que nos llevan siempre hacia los mismos lugares.
Es el momento de la travesía.
Y, si no osamos emprenderla,
nos habremos quedado para siempre
al margen de nosotros mismos"
Y, si no osamos emprenderla,
nos habremos quedado para siempre
al margen de nosotros mismos"
F. Pessoa
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