En un momento de la mañana y tras hojear el programa, me llamó sumamente la atención una charla que ofrecía Tania Lasanta:
Vender sin miedo
Un título atrevido y potente.
Pensé en el pavor paralizante que supone llamar a una puerta en cualesquiera de los edificios de una ciudad y, ante un desconocido, presentarte como un escritor que está promocionando su última novela.
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Momento de la charla |
Entre otras cosas, las primeras indicaciones de Tania desestimaron, como lo más relevante para ejecutar una venta, el tener una impecable página web, un producto atrayente y un catálogo de escándalo. En su caso, priorizaba a la propia persona, al propio emprendedor.
Yo no podía estar más de acuerdo con ella porque la base de Literaria Kalean, literatura en la calle, la conforma esos casi 15.000 lectores protagonistas que un día recibieron un ejemplar dedicado por el autor a lo largo de un viaje tan apasionado como incansable.
Cada vez más satisfecho por mi elección, me fui acomodando en mi butaca de asistente para disfrutar de la exposición entre un nutrido público.
Pero Tania nos sorprendió a todos al dejar claro que no iba a ser una charla al uso y de inmediato nos sacó de nuestra zona de confort. Sus palabras fueron tal que así:
Los de la primera fila os dais la vuelta para presentaros con vuestro compañero de la fila segunda. Los de la tercera con los de la cuarta y así sucesivamente.
Cuando llegó mi turno y le expliqué el modo de promocionar mis obras volvió a surgir la magia.
Entonces tú..., tú fuiste a Arnedo.
Bueno, en Arnedo he estado unas cuantas veces como escritor errante.
Ambos modulamos una sonrisa, la barrera inicial de alguna manera cayó, y nos resultó una fantástica casualidad el volver a coincidir tras varios años.
Te tengo que confesar que yo no suelo comprar nada a nadie y menos en la puerta de mi casa... pero aquel día... no sé...
Yo agradecí que lo hiciera. Y supe también que adquirió el 2º volumen de "La Rioja y sus pueblos entre cuentos".
Mira, dijo señalando un lugar de la segunda fila. Esos dos de ahí son mis hijos; ahora tienen unos 16 años y el libro fue para ellos.
Como podréis imaginar salí de la charla con esa sensación de fluidez que te dice que, pese a lo duro que supone llegar al cliente-lector/a, si crees en lo que haces, te remangas y vas por ello, las puertas inexorablemente se van abriendo, por muy duras, frías y abstrusas que de primeras puedan presentarse.
Me quedo con la premisa de Tania: En un mundo de prisas conformado por una legión de esplendentes pantallitas, de consumados individualismos y codazos por doquier, recurrir al tú a tú, puede llevarte a no solo conseguir clientes, que también, sino a dejar huella. En definitiva, ¿no se trata de eso? De romper barreras, de conocer nuestro entorno, de promocionar tu trabajo con febril pasión, de coincidir, sonreír, de conversar inclusive con desconocidos. Es preciso hacerlo más. De sorprenderte. De salir de la zona de confort, huyendo, ahora sí, de las mascarillas, de los confinamientos y de los miedos... ¿De disfrutar marcando la diferencia?
Leon Trotsky
6202700
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