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Mostrando entradas de julio, 2014

Cuando un no imperativo, se transforma en un espléndido sí.

Os cuento un simple método: Me acerco a cualquier portal que hubiera en cualesquiera de las ciudades limítrofes a la comunidad de La Rioja y pulso el primero y el segundo de los botones que corresponden al primer piso y segundo respectivamente. - ¿Quién es?- escucho. - ¿Me abre por favor?- digo. A veces funciona. Es más, yo soy de las personas que cuando estoy en casa, me tocan el timbre y oigo esa pregunta, abro sin más. Quién sabe. Quizá sea un vecino que se ha olvidado las llaves. Sin embargo estoy acostumbrado a escuchar miles de situaciones diversas. La mayoría también abren sin contemplaciones. Además los hay, muchos, que quieren saber más. - Sí pero ¿quién eres?, ¿a dónde va? - Nada que soy Sergio, un escritor que está promocionando su última novela, simplemente es tocar unos timbres- digo por defecto. Ante lo atípica de la respuesta, estoy acostumbrado a esperar unos segundos hasta que la persona importunada abre sin más. Por supuesto esto no ocurre siempre y c

Anécdotas del puerta a puerta (16)

- Miranda de Ebro. Cuando Óscar me abrió la puerta y pregunté por posibles lectores, éste me lo dejó bien claro desde un primer momento. - A mí sí me gusta leer y mucho- exclamó. Ante lo atípica de la respuesta, por lo directa, comencé, entonces, a explicar el motivo por el cual había llamado a su puerta. En una de éstas apareció su pareja, Ainoa (sin hache). Ella también leía. Se trataba de una pareja poco común y muy lectora a todas luces. Me presenté con mi última obra "agua" y tras preguntarme si había escrito algo más, hablé de mis anteriores novelas. En ese momento observé dos reacciones distintas; una por parte de él y otra por parte de Ainoa. Óscar estaba dispuesto a adquirir "agua" ; no obstante, a ella le llamó la atención desde un primer momento, el título de mi primera obra "Soy un gusano" . Por mi parte no había ninguna pega. Sin duda, son dos obras completamente diferentes de las cuales me siento orgulloso de haberlas creado.

NÚMERO 4500 Y, ESTA VEZ, EN BURGOS.

La experiencia me decía que, una de dos: o me encontraba con el lector número cuatro mil quinientos a la primera de cambio o, todo lo contrario, los "noes" tomarían el protagonismo en la jornada. Para mi desgracia, fue, en el día de ayer, lo segundo lo que me ocurrió. Cierto era que la mañana era agradable, esto siempre ayuda. El caso es que comencé el día con ganas. Me dispuse a buscar a mi lector ansiado, en un bloque que tendría unos diez portales de cinco plantas cada uno en cualquiera de las barriadas que existen en la ciudad de Burgos. Todo me decía que en ese inmueble encontraría a la persona que estuviera dispuesta a adquirir un ejemplar de mi última novela, esto es, "agua". Entré en el primer portal y, desde un primer instante, las negativas me acecharon con excesiva insistencia. Muchos pisos vacíos y quizá, alguna persona adquiría la tarjeta que me ayuda con la promoción, pero por el momento la cosa no pasaba de ahí. Salí del primer portal sin conocer