Cuarto Creciente, Mikel Escalera y "Parpadeos Lunáticos" |
En estos últimos días he conocido a algunos lectores más de mi última y sexta obra ¿Y por qué no? y, entre todas estas experiencias, hoy quiero destacar tres que me han llamado un tanto la atención.
Sucedió la primera de todas ellas en Logroño.
Recuerdo que aquella mañana me costaba entablar alguna que otra conversación con algún que otro lector. La mochila ya iba cargada con decenas de "noes", los minutos pasaban y me costaba hallar el primero de todos los "síes" en aquel día. Pero a eso de media mañana, en un alto edificio, se abrió una nueva puerta. Ante mí apareció una mujer con un chaval de unos tres o cuatro años de edad. Al presentarme, ella me escuchó con una atención que comenzaba a acrecentarse cuando supo que era el propio escritor el que promocionaba sus propias obras.
Elena leía. No había duda de ello. Un tanto interesada cogió el libro con el que me había presentado y, con los dedos de sus manos, se puso a ojearlo, a la vez que yo iba haciendo referencia a la historia. Sonreía. Después de unos minutos, me hizo saber que quería el libro dedicado. Pero ahí no acababa la cosa, porque Elena es una mujer que tiene inquietudes y me habló de una futura escuela libre que se abrirá al público infantil de 3 a 6 años el próximo septiembre, de la cual ella era la impulsora:
Al escuchar estas palabras le hablé del libro "La Rioja y sus pueblos entre cuentos. Vol.1". Le comenté que nuestra intención con el libro -tanto la de la ilustradora como la mía-, consistía en que los los más pequeños adquieran el hábito de la lectura, además de que fueran conociendo su entorno. La mujer me hizo saber que estaba muy de acuerdo con este propósito. También que el sistema educativo actual tiene muchas deficiencias y era por eso de crear esta nueva escuela. Tras la charla, la mujer adquirió los dos ejemplares. Uno dedicado a su pequeño, llamado David, y el anterior volumen referido, a su nombre.
Cuando una buena mañana llamé a otro timbre, esta vez en la ciudad de Vitoria, apareció tras ella un chico alto. Me presenté y mis oídos escucharon unas palabras que iluminaron mi rostro.
-Ya tengo el libro - dijeron.
Le mostré intrigado la portada de mi última obra.
- ¿Estás seguro? -inquirí confuso porque se trata de una publicación que lleva de recorrido tan solo cuatro meses.
- Sí, se lo dedicaste a mi madre hace unos días en otra zona de la ciudad -el joven veía perfectamente la portada de "¿Y por qué no?"
-¡Qué bueno es escuchar eso! -recuerdo que dije tras unas palabras de agradecimiento y despedida.
Luego bajé las escaleras, llamé a más timbres, recibí más negativas, algún que otro desplante y volví a escuchar el eco de una voz que provenía de los pisos superiores.
-Sergio, sube.
Postales para quemar |
Con una creciente curiosidad por aquella llamada, supuse que se trataba del chico que sabía de mi historia y, tras ascender varios rellanos, se abrió una vez más aquella puerta.
Según me comentó Mikel, él era diseñador gráfico además de ilustrador. De seguido me hizo entrar en su piso y, mostrándome en la pantalla de su ordenador las imágenes del libro en el cual estaba inmerso, sacaba a su vez, otros ejemplares de una colmada estantería para que conociera sus trabajos.
-Creo en tu proyecto -recuerdo que dijo en una de éstas-. No dudes en pedirme ayuda si necesitas algunas indicaciones en próximos trabajos.
Siempre es agradable escuchar frases similares a estas. Mikel me hizo saber de sus duros comienzos y, por fortuna, en estas fechas, respiraba algo aliviado por poseer una coyuntura algo más estable y relajada.
Dejo el enlace a su página web:
Recuerdo que nos despedimos con un fuerte apretón de manos. Sentí una vez más cómo los "noes" caían a la vez que entre mis manos ya llevaba un obsequio de Mikel compuesto por un trabajo realizado por varios ilustradores: "Postales para quemar", en el que dieciocho artistas ofrecieron un dibujo que ilustran otras tantas postales.
"Parpadeos lunáticos" de Javier Vegas Fernández |
También ocurrió hace pocos días en la misma ciudad. Tras una nueva puerta, Javier aparece tras ella y me hace saber, a su vez, que es escritor, además de columnista en el Diario "Noticias de Álava". Como decía en la anterior entrada, este año promete ser próspero en lecturas y me intrigué, una vez más, por conocer la poesía de este nuevo autor que me había abierto su puerta. Fue así cuando le propuse un trueque de libros y el autor gazteiztarra de "Parpadeos lunáticos", aceptó dedicármelo, de buena gana.
En sus palabras:
"Este libro es un recorrido de ida y vuelta por algunas de mis obsesiones: la noche, la luna, los ojos y el velo que los cubre, los párpados. Según por donde lo abras puedes adentrarte en los universos de la poesía a la vieja usanza o navegar por territorios más cercanos al blues y las baladas asesinas, siempre acompañado por las ilustraciones de Óscar Alonso..."
Como veis, en este ir y venir, en este subir y bajar, en este continuo escribir y publicar, en este ámbito cargado de desplantes y negativas, también se hallan experiencias enriquecedoras. Como siempre digo, son con ellas con las que me quiero quedar. Algunas de ellas se verán reflejadas en una segunda edición actualizada del libro "¿Y por qué no?" o en una tercera, o en una cuarta, o quinta, o sexta...
En definitiva, "¿Y por qué no?", es un libro vivo. Repleto de historias cotidianas, que dan pie al sueño de escribir de aquel "tipo loco" que un buen día decidió conocer a sus lectores.
"Comenzar con la lectura de un libro tiene algo que ver con llamar a una puerta cerrada. Nunca sabes lo que te vas a encontrar tras ella.
Atrevámonos a llamar y veamos con qué nos topamos al otro lado"
Gracias, Elena, Mikel y Javier, por formar parte de esta historia.
"En la vida hay algo peor que el fracaso:
el no haber intentado nada"
Franklin. D. Roosevelt
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